“Aún lo amo”. Pensaba mientras
seguía el habitual camino a casa. Desde donde venga y hacia donde vaya, el
camino es siempre el mismo. Ese gatito sobre aquel auto, ese perrito negro que
camina como bailando sobre una pista de baile, las sonrisas de los vecinos, las
callecitas limpias, las nubes algodonadas y todo el aire fresco que abraza
delicadamente…
(Suspiro...) Hasta que llego a ese bendito punto impregnado de ti y de mi, de nosotros, ese mismo espacio en donde
chocan velozmente mis pensamientos y mis recuerdos, ese lugar que irremediablemente estrella todo dejando a más de un herido. En ese punto, todo cambia,
absolutamente todo, el aire es más tibio, mis pasos son más lentos, el sol
brilla de forma escandalosa, y la eternidad hace una pausa, una pausa de color
y dolor. Allí, paso a paso retrato uno por uno los momentos, en ese pequeño
instante incluso soy cual reproductor de películas, capaz de retroceder y
adelantar la cinta e incluso de poner pausa. Ese acto irreversible eterno se
desata cada vez que cruzo esa esquinita frente a mi casa. Inconscientemente mis
pasos siguen ese baile, y una sonrisa se dibuja en mi rostro, al compás del
corazón mis pensamientos comienzan a buscar esos mismos ojos, esos mismos
labios, esos mismos aromas, esos mismos malditos momentos que día tras día me
acompañaban camino a casa. Las manos sudadas, los latidos a mil por hora, el
sonido de la respiración y los ojos detenidos en la infinidad del horizonte
frente a mí me paralizan. Y con la piel erizada miro mis pies, estoy detenida,
sin moverme, sin respirar, y alzando la vista hacia el cielo, miro a mi
alrededor y me doy cuenta que estoy sola, que esos pensamientos no buscaban
recuerdos ni momentos, no buscaban sonrisas ni besos, ni siquiera me buscaban a
mí, simplemente lo buscaban a él. Y tu mente reafirma eso que no has podido
asumir en años, eso que tu corazón busca pero que tú ocultas con mil momentos y
aventuras nuevas, eso que tapas con actividades deportivas y sociales, eso que
evitas cada vez que escuchas esa canción, eso que simplemente sabes que existe
pero no quieres ni detenerte a pensar en ello, porque al final, tú y yo sabemos
que solo existe uno, y que por más que pase el tiempo, y que por más que vivas
grandes y maravillosos momentos de amor y locura delirante, sabes que sólo
existe uno, solo existe él, “the only one”, que pueden venir a despertarte mil
sonrisas, pero ninguna tan brillante como la de él, pues sabes que solo ante
una sonrisa tus palabras se vuelven silencio, y tus ojos permanecen quietos e
inmóviles, y eres capaz de pensar antes de hablar, de sonreír y reír… Pero
finalmente se vuelve parte de ti
Estar en el momento adecuado, con las palabras adecuadas, la sonrisa precisa, el suspiro y el aliento a tono, y peor aún, en el tiempo y espacio adecuado... puede ser un cuadro que nos lleve toda la vida analizar... Ser prescindible de lo normal, de lo real, es la magia de lo verdadero, de lo esencial... Querer un final sin pensar en el inicio.
iNSiDE
We all begin out with good intent, when love is raw and young, we believe that we can change ourselves, the past can be undone, but we carry on our back the burdens time always reveals, in the lonely light of morning, in the wound that would not heal, it's the bitter taste of loosing everything , i've held so dear... FEAR!