*Cuando cierras los ojos inevitablemente todo se paraliza,
todo se desvanece y la nada se vuelve todo. Pero ahí estás nuevamente, nada ha
cambiado, estás tú ante tu error y una gran muralla de orgullo y distancia te
separa del suspiro sublime, tibio y delicado… y ya ni el frio es frio, el calor
no es calor, te quiero porque te tengo y no te tengo… Y es que contigo soy yo.
Qué!!!! ¿Qué es toda esta maldita mugre, que es, alguien
puede pararse, detener mi idiotez, pegarme en la cara y decirme qué es todo
esto?
…ese terror de volver a sentir que siempre eres tú misma
quien una y otra vez vuelve a caer, a
equivocarte, a herir… es, un veneno dulce que al parecer disfruto tomarlo a
menudo, deleitarme en él y al cabo, terminas tú contigo misma… Y aquí estoy
nuevamente, destinada al fracaso atroz de la dulce agonía de perder, siempre
perder, perder momentos, perder suspiros, perder sonrisas, perder carcajadas simples
y delicadas, perderme a mí misma, perderme…
…Y ves tu vida pasar por un minuto, y ni cuenta te das de
cómo llegaste a esto, de cómo salir de esto… de cómo estás parada sobre la nada
creyendo que fue algo alguna vez, de cómo sigues aún en pie. Quizá bastaba
respirar, quizá solo era suficiente la ausencia, ausencia de conocer, de
sentir, de ser, ausencia de lo sublime, de lo que te hace sonreír frente a una
pantalla de computador de la nada, ausencia de sorpresas, ausencia de sueños e
ilusiones, ausencia insoslayable de lo eterno. Eterno, así es, digo eterno,
pues por mucho que la agonía y la… impotencia de volver a pisar los mismos
pasos del ayer y recorrer el mismo camino, marque cada tiempo en esta sinfonía
en re menor, nunca se irá… volveré a pasar por aquellas mismas calles, a mirar
por aquella misma ventana, respirar el mismo aire de ese atardecer, a sentir
ese mismo aroma dulce con una mescla de placer y locura, simplemente ha
sucedido y estará. Son recuerdos, malditos, pero al fin y al cabo recuerdos.
Y la historia comienza así…
Hoy es un día de esos curiosos, de esos que hacen de tu vida
también algo gris, es un día definitivamente, curioso. Cada vez más locuras, cada vez más, sin embargo, son
cosas de las cuales estoy “segura” (tonta e ingenua) no me arrepiento. Y si
algo he aprendido de las películas es que nunca es tarde para arriesgarse,
sencillamente esta es otra lección de mi vida, nunca es tarde y hay que
atreverse de vez en cuando.
Hoy sí que no puedo parar de escribir, estoy en uno de esos
momentos en los que todo parece tan extraño, pero más que extraño incierto…
Pero qué va, estoy “feliz” (nuevamente estúpidamente ingenua), y estoy
dispuesta a hacer estas locuras y más. Son algo así como las 10.45 a.m. de un
tibio día de abril, sentada sobre mi presente más incierto, pues, no sé
qué habrá, ni qué será de mi en unas dos o tres horas más; solo se, que mi
corazón está allá, con él, en su mirada en su piel y en su ser, y de allá
quiero ser…
Describiría este momento como “viaje al encuentro conmigo
misma”, enfrentándome con mis propios ideales, convicciones, temores y sueños,
soy yo misma, pues no se trata de él o de nosotros, se trata de mí.
Y bueno, la historia comienza hace dos semanas atrás, (dos
semanas y dos días) un 15 de junio (irónico) conocí la belleza de lo simple,
el calor de una mirada, la magia de lo sutil, ese punto exacto de certeza
incierta, ese grito en la soledad y el dolor, conocí lo ese que es tener y no
tener… conocí mi destino, conocí ese maldito estigma que encadena mis más
profundos sueños e ilusiones, que cada cierto tiempo, va guardando más y más
cosas de mi en una pequeña cajita atada de mil candados… Conocí el inicio de lo
que soy, y lo que jamás seré… Algo así como, yo ante un espejo, en la nada, en
el absoluto vacio neutral que envuelve tu delicadeza, tu razón, tus pasiones,
lo que eres… A él conocí. Y por primera vez mi corazón y mi mente estaban
tranquilos, era como si ese 15 de junio una parte de mi abruptamente se
quedó allá, con él… Y ahora voy a ver qué tan así es todo, iré a buscar esa
parte de mi que se quedó allá, y ahí mismo veré si me la traigo o la dejo allá,
junto a él…
Y para él obvio fue
sorpresa (¿lo fue?) ¿Miedo? No para nada, calma y tranquilidad…
Inexplicablemente llegué y acá estoy, qué puedo decir, cómo lo puedo describir,
es ¿lógico? Es ¿irónico? Es… interesante.
Just Brethe .- |
Maldita historia la mía, maldita vida la mía, cuál es el
afán de la vida de enrostrarme que mi destino es ser parte de las historias
inconclusas de otros, ser la pieza de
sus rompecabezas, ser el último peldaño de la escalera hacia su felicidad, ser
ese maldito instrumento para que ellos entiendan y descubran que es “otra” la
que necesitan, la que quieren, o simplemente la que estuvo siempre en sus
mentes…
Maldita.
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