iNSiDE

We all begin out with good intent, when love is raw and young, we believe that we can change ourselves, the past can be undone, but we carry on our back the burdens time always reveals, in the lonely light of morning, in the wound that would not heal, it's the bitter taste of loosing everything , i've held so dear... FEAR!

presentes.-

29 may 2017

Las distancias

Ya es tiempo. He estado preguntándome lo mismo por un par de meses y aún no logro encontrar una respuesta. Me siento frente a espejos para ver si la respuesta la encuentro en mi cuerpo, en mi cara, en mi piel o en mis ojos, pero nada. El tormentoso silencio es la única respuesta que puedo encontrar, y ni aún así, ni siquiera en el más completo vacío conceptual puedo hacer callar la continua respuesta que mi mente me da: simplemente él no te quiso.
He intentado por muchos medios, y de diferentes maneras, poder decifrar lo que siento, pero es que sencillamente no me explico las lágrimas inesperadas que llegan luego de tocar la guitarra, o despues de ver un amanecer; es que malditamente no puedo parar de verte en los detalles de mi vida... En simples palabras, quisiera que entendieras que esto no se trata de de una locura estresante de sentimientos que tengo hacia ti, no se trata de una delirante obsesión por ti o por tu cuerpo, no se trata ni siquiera  de amarte, se trata simplemente de tu distancia.
A veces trato de entender qué fuimos, quizá si pudiera responder eso, podría pensar en cómo poder dejar de pensar en ti. Porque sí, lo hago, a menudo y no me averguenzo de ello... Si tan sólo pudiera volver a mirarte a los ojos y respirar contigo, de seguro tu corazón podría contarme qué sucede; porque sí, recuerda que te conozco muy bien, que entiendo perfectamente cuando te muerdes los labios, o cuando pestañeas sin parar mirando hacia otro lado, o cuando haces lo contrario, y te quedas pegado en mi mirada, en silencio, como si la ausencia de palabras fuera a significar nada para mi...
Quisiera que entendieras y que reconocieras todo aquello que fui cazaz de dar, y que por muy egoísta que suene, sabes que no lo podrás encontrar en nadie más... Dime si  podrás volver a las eternas tardes de música, tu con la guitarra y yo tratando de acompañarte con algún otro instrumento, porque bien sabemos, que al final, el maestro eras tú. Dime si en algún momento podŕas volver a ver la luna, esa misma que nos acompañó en nuestro primer beso, y no recordar que en algún momento dibujaste palabras nocturnas reconociendo que yo era tu luna porque eras tu mi sol. Dime si en algún momento podrás mirar el futuro y soñar sin recordar las ideas locas que tuvimos cuando estabamos juntos, pensamientos exquisitos sobre tener hijos, una casa con un gran jardin en donde tu puedas trabajar, y por supuesto, una casa con un cuarto en el patio trasero en donde podamos tocar musica todo el tiempo que queramos. Dime, por favor dime, si no me recuerdas cada vez que tocas la guitarra, o cada vez que vez un bajista, o cada vez que miras un bajo, por favor dime si aún no estoy en tus momentos de delirio musical o improvisación, dime que ya no estoy en ninguno de esos pensamientos, dime que ya no existo en tu deseo de impactar al mundo con la música, dime si ya no estoy cada vez que cierras los ojos, dime si ya no existo ni siquiera en la penumbra de tus indecisiones o tus incomprensiones. Por favor, dime si ya no estoy en nada de eso, por favor, libérame.
Sentir que quizás estoy en cada uno de tus recuerdos es asfixiante. Y pese a que estoy a más de 8000 kilómetros lejos de ti, siento tu aroma, tus brazos, tu mirada, te siento. A ratos, imagino que cruzo la calle para poder tocar a la puerta de tu casa y conversar contigo o simplemente abrazarte, pero luego recuerdo que no es la distancia la que me separa de ti, que no es un avión el que me impide abrazarte, sino que eres tú mismo quién me mantiene en la distancia, en el perfecto transe, en el limbo emocional clavado sobre una muralla, la misma que dejaste que otros construyeran para alejarme de ti. La misma muralla de la que fuiste testigo de su trabajo, que otros, con mucha dedicación y detalle construyeron. Usando cada palabra sutil, cada consejo, cada análisis, concluyendo que yo simplemente no era la ideal para ti. Así es como fueron armando esa gran muralla, palabra por palabra, prejuicio y juicio tras otro, que se traducen en piedra y cemento, material contundente para concretar su objetivo. Pero recuerda, no hay muralla tan fuerte en el mundo que no se pueda romper, y sé, confío, que piedra por piedra, ladrillo por ladrillo, se irá destruyendo con el paso del tiempo, y algún día entenderás que entre tú y yo simplemente existían mentiras, prejuicios, soberbias, envidias e invenciones de otros porque simplemente no soportaron nuestra felicidad...
Y esto no se trata de que quiero sentarme contigo a destruir esa muralla, o de acortar las distancias que nos alejan, o de alcarar un pasado asqueroso del que arranqué hace tres años atrás, no se trata de eso, se trata simplemente de que quiero ser libre, quiero dejar de buscarte entre la multitud, y quiero ser libre para encontrar un alguien que no se parezca a ti. Quiero no buscarte en la mirada de un hombre alto, o en las manos frias de una piel clara, o en los labios dulces y pequeños de alguien timido y respetuoso. Quiero dejar de buscarte en los abrazos en el corazón, esos abrazos que cuando me amarraban me llevaban directo a tu pecho, cerca de tu corazón. Quiero dejar de necesitar a mi ex porque en él te encontraba a ti. Quiero dejar de verlo a él, como te disfrutaba a ti. Quiero mirar a mi costado a un compañero de vida que no me lleve volando ferozmente hacia tu calidez efervesente, hacia tus caricias y besos, hacia tus sueños y locuras. Quiero saber y sentir que no soy parte tuya, que ya no estoy en tus recuerdos, que ya no soy parte de ti. Quiero solamente ser libre de ti. ¿Por que, sabes? la libertad no se encuentra en la distancia, y bueno, no la encontré corriendo de ti. Esta vez, librarme de ti está en tus manos, está en tus palabras, en tu corazón...
Tú y yo siempre existiremos entre las distancias. Lo irónico de esta declaración, sin embargo, no es la palabra distancias, sino que el énfasis y la deslumbrante realidad de esta declaración están en esas dos palabras al medio de la oración, en ese tiempo verbal eterno e inmaculado, en el advervio más incomprendido: siempre existiremos.